Aaaahh!!! Trabajar un domingo desde temprano. Viajar en un colectivo lleno de pibitos gritones recién salidos de algún boliche mugroso. No esta nada bueno, no no.
Desde la ventanilla se pueden ver a estos adorables sujetos, quebrados en las veredas, tirados en cualquier lado. Victimas de su propio exceso de confianza, y de su estupidez. Suben a los colectivos hablando a los gritos, y diciendo vociferando epítetos varios a cualquiera que tenga la desgracia de cruzarse con ellos. Algunos todavía escuchan música sin auriculares también. Unos verdaderos amores
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